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Los Guantes en el S.XIX

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Los guantes y el protocolo: Aunque hoy en día los guantes tienen una función mucho más práctica que accesoria no siempre fue así, en la antigüedad  eran sinónimo de elegancia y buen gusto y una mujer no salía de casa sin ellos pues de lo contrario se sentían desnudas. A principio del s.XIX no se los quitaban por nada del mundo incluso los tocaban instrumentos con ellos, sin embargo existían una serie de circunstancias en las que el protocolo dictaba que por buena educación se los quitasen: como entrar invitado en una casa ajena, ponerse a comer y estrechar la mano a alguien. De hecho no podía besarse la mano de una mujer si esta estaba enguantada o llevaba besamanos.  Esta obsesión por tan delicada prenda de vestir derivaba del estereotipo de belleza de la época, en la que estar moreno se consideraba de lo peor, por eso se usaban tantos sombreros o parasoles. La tez blanca, delicada, daba a entender que se era de la nobleza, y las manos de una mujer sin mácula o estr

Reseña: Los Maridos también se enamoran

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Lengua: CASTELLANO  Encuadernación: Tapa blanda bolsillo ISBN: 9788466368858  Colección: PUNTO DE LECTURA ROMANTICA Nº Edición:1ª  Año de edición:2007 Plaza edición: MADRI Precio: 6,50 Resumen:  Se cuenta la historia de cuatro hermanas que se mudan a casa de un tipo borrachín que no han visto en su puñetera vida, para que éste a partir de ahora las tutele después de la muerte de su padre (un entrenador/ apostador de caballos, quien quería más a estos animales que a sus propias hijas). Las chicas son, por orden de edades: Teressa (Tess) la simplona que prefiere observar su vida a participar en ella; Annabel la frívola, un dechado de vanidad cuyo único propósito en la vida es el de atrapar a un marido rico, de título ¡conde o duque por lo menos! y guapo, por supuesto; también está Josie la insoportable insufrible de comentarios ácidos apodada la "salchicha escocesa"; y por último pero no menos importante, Imogen, la santa apasionada de un

Reseña: Fuego de Invierno

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El argumento versa sobre una joven, Genova Smith, que tras no soportar la convivencia con su nueva madrastra (aunque la esposa de su padre no haya hecho nada para fastidiarla), decide convertirse en la dama de compañía de dos ancianas vecinas a sus propiedades. La verdad es que la tipa va un poco de mártir, dando penilla por la muerte de su madre y por haber pasado media vida encima de un barco rodeada de tíos buenos. La tal Genova es además una metomentodo, mandona y quiere tener siempre la última palabra… ¡una perla, ya veis!..jajajaja. La autora del libro envuelve a Genova en la disputa de dos grandes familias (al estilo Capuleto y Montesco….pero sin trágicos encontronazos), vamos, que quiere darnos la apariencia de familias irreconciliables, cuando a las primeras de cambio uno le suelta al otro “haya paz”, y zanjan décadas de odio de un zarpazo…. ¡ya lo sé, increíble! Continúa con el acercamiento de los protagonistas, cuyo papel masculino es el de un libertino cosechad